Bien sabemos que Venezuela está atravesando una situación política, económica y social que para muchos crea un ambiente inestable y poco optimista para el desarrollo general del país. Pero ¿esto representa una razón para que las empresas en Venezuela fracasen, tengan una falta de competitividad o inclusive bajen su rentabilidad?. En DASA creemos que esto no es del todo cierto.
Actualmente podemos ver una gran cantidad de compañías que han sido y siguen siendo exitosas a pesar del entorno desfavorable que rodea el país. Incluso han logrado ver oportunidades de crecimiento en esta época de crisis. Y la razón fundamental es que estas empresas han aprendido a navegar este mar turbulento y desarrollar competencias para aprovechar las oportunidades y disminuir las amenazas.
Una de las competencias que consideramos más importante desarrollar en estos momentos es la conocida como el “naufrago”, la cual es la capacidad para sobrevivir y lograr que sobreviva una organización en épocas difíciles, es por ello que la capacidad que tenga cada empleado, independientemente de su cargo, de sobrellevar las circunstancias y buscar las alternativas que permitan enfrentar las situaciones difíciles que se le presentan, es vital para el éxito de las organizaciones. Así la responsabilidad que tiene la empresa en impulsar el desarrollo de esta competencia en mayor grado, permitirá a ambos crear un ambiente de trabajo más sano, más positivo y estimulante a pesar de las circunstancias.
El supervisor con estas competencias desarrolladas en un nivel muy alto, es capaz de prever los escenarios basándose en información de mercado y en su conocimiento del entorno macroeconómico, siendo capaz de desarrollar estrategias y políticas que permitan a la empresa sobrellevar, e incluso sacar provecho de las circunstancias adversas. Esto requiere explorar en el profesional la capacidad para integrar múltiples variables en la toma de decisiones. Se convierte también en un ejemplo de fortaleza y actitud positiva ante sus subordinados, lo que le permite subir la moral en su equipo de trabajo y aumentar el compromiso del mismo con los objetivos de la organización.
Esta competencia se encuentra en las situaciones que el profesional haya manejado en empleos anteriores, en la manera en la que relata una experiencia de fracaso, en el lenguaje que utiliza para describir las emociones y las acciones, y en la actitud que manifiesta ante las medidas tomadas por sus superiores para manejar las diversas situaciones.
La invitación que queremos hacer a todas las organizaciones es a examinarsu personal y su propio catálogo de competencias, para revisar qué puntos falta por desarrollar. La ventaja de un modelo de competencias es definitivamente la presencia de un proceso sistemático de desarrollo, donde las habilidades que no son naturales, o que por la experiencia del profesional no han podido ser potenciadas, pueden ser desarrolladas bajo un cuidadoso proceso de intervención que incluya actividades orientadas al aprendizaje por observación.
La cultura del venezolano, finalmente, se ha caracterizado por poner al mal tiempo, buena cara, y esa puede ser nuestra tabla de salvación en medio del mar de dificultades que pudiéramos estar atravesando.
Zeli Negrón
Grupo DASA