El modelo de competencias ha calado profundamente en la manera en la que se percibe la planificación estratégica de la empresa. Muchas han diseñado su modelos para poder alinear sus procesos de selección, desarrollo e incluso compensación, hacia el talento humano idóneo.
Es importante destacar que la razón de ser del modelo de competencias es precisamente unificar criterios en cuanto a lo que se desea y se espera de los profesionales que trabajan en la organización. Debemos entender también que cada profesional es único y que es prácticamente imposible hacer encajar a todo el mundo en un molde. Desde el abordaje de la organización como un ente orgánico, cada persona que integra un equipo aportará la combinación de conocimientos y características personales que harán que los objetivos se cumplan. El camino, y las maneras de organizarse serán siempre diferentes porque las personas son diferentes, y por lo tanto lo es la dinámica de grupo que surge de la combinación de individualidades.
Es por ello que mortificarse porque los profesionales no tienen ciertas competencias desarrolladas no tiene sentido. Es posible encontrar en este otras características que no están siendo tomadas en cuenta y que pueden aportar valor agregado. Las competencias deben usarse con medida. No tiene sentido buscar inflexiblemente doce competencias en todos los profesionales que entrevistamos para nuestra empresa: hacemos el proceso largo, difícil y complicado, y probablemente los resultados no se obtengan en el tiempo esperado, ni con la efectividad deseada.
De modo que lo más conveniente es priorizar sobre las dos o tres competencias blandas que resulten más críticas (además de las competencias técnicas), y encontrar cuales son aquellas que tiene el candidato que mejor se ajustarán, no solo a las competencias del puesto, sino a lo que visualizamos para el departamento y para la empresa a corto, mediano y largo plazo, además de lo que puede surgir de la combinación de los elementos que ya tenemos ante una adición como esta. La aceptación de la diversidad en el recurso humano, permitirá a las organizaciones mayor versatilidad, haciendo el mejor uso de las potencialidades y competencias más destacadas de cada colaborador.
Dulce Cova
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