La palabra cambio se refiere a cualquier situación en donde se dejan determinados procedimientos o comportamientos, para adquirir otros, que permitan adaptarse al contexto en el cual se encuentra la organización y así lograr una estabilidad que facilite la eficacia y efectividad en la ejecución de acciones.
En el proceso que involucra el cambio en los sistemas, existen básicamente tres etapas esenciales y secuenciales: a) Descongelamiento,
b) Movimiento y c) Recongelamiento.
Cuando el sistema se encuentra en equilibrio y percibe la amenaza de la inestabilidad e incertidumbre que traen consigo las modificaciones, se da la resistencia al cambio, la cual es una reacción esperada por parte del sistema y se puede definir como aquellas fuerzas restrictivas que obstaculizan un cambio.
Así, la resistencia al cambio es un fenómeno psicosocial que nos muestra tres aspectos:
- La importancia que el sistema concede al cambio.
- Informa sobre el grado de apertura que la organización tiene.
- Facilita la detección de los temores que el sistema experimenta y los efectos que presiente.
Es importante resaltar que para lograr un cambio exitoso, los 4 factores de la cultura organizacional deben de estar muy fuertes, las estrategias para el cambio que se propongan deberán de orientarse a lograr el mejor balance entre estas cuatro dimensiones.
Además se recomienda tomar en cuenta que la resistencia al cambio no se da por capricho necesariamente, sino como un proceso natural de reacción ante lo que se percibe como una amenaza de probable pérdida o desajuste, de tal forma que se debe de lograr un exitoso proceso del cambio orientado hacia la efectividad y salud organizacional deseada.
Alejandra Alonso /Grupo DASA